Existen tanto buenos como malos hábitos, pero en realidad los malos son tan malos y los buenos aportan considerablemente en tu vida, en este artículo te contamos todo lo que debes saber acerca de los hábitos, cómo identificar los que tenemos en nuestra vida, analizar el impacto que tienen y si en realidad debes cambiar los que tienes o invertirle algo de energía y seguir disfrutando de ellos.

¿Qué son los buenos hábitos?

Para resolver esta pregunta, antes debes identificar qué es lo que quieres o necesitas conseguir, luego debes analizar tu rutina diaria e identificar qué actividad de tu día a día te ayuda a conseguir lo que deseas. En otras palabras, los buenos hábitos son todas las actividades diarias que se enfocan de la mejor forma en conseguir lo que necesitas o quieres. Por ejemplo:

  • Si te interesa bajar de peso: tener una dieta nutritiva, ejercitarte, tener controles médicos, bajar el consumo de calorías diarias, bajar el consumo de carbohidratos y azúcar, etc.

¿Qué son los malos hábitos?

Los malos hábitos no son más que aquellas conductas que no se enfocan ni te ayudan a conseguir tus objetivos. Por ejemplo:

Si te interesa ahorrar: bajar el número de días que comes en restaurantes, invertir menos en la ropa que te gusta, tener una alcancía, abre una cuenta de ahorros, bajar el número de fiestas a las que asistes, etc.

Cómo identifico mis buenos y malos hábitos

Para identificar tanto los buenos como los malos hábitos, te invitamos a anotar todo lo que haces en tu día, es decir desde que te levantas hasta que te duermes, luego con color verde identifica qué actividad de tu día te ayuda a conseguir lo que quieres, con color azul las actividades neutrales y con rojo las actividades que no te ayudan o te dificulta conseguir tus objetivos.

Por ejemplo, si mi objetivo es tener el hábito de estudiar en la mañana:

  • Apago la alarma de mi celular 3 veces.
  • Veo mi celular por 20 minutos.
  • Hago mi cama.
  • Voy al baño.
  • Me ducho.
  • Me seco.
  • Utilizo mis implementos de aseo.
  • Me visto.
  • Preparo mi desayuno.
  • Desayuno.
  • Me cepillo los dientes.
  • Comienzo mi rutina de estudio, etc.

Como puedes ver, esta es una buena estrategia para ser consientes de las actividades buenas y malas que realizamos en nuestro día a día, si crees que tienes días diferentes haz el listado de los días que consideres y en donde creas que debes analizar tus hábitos.

¿Cómo mantener mis buenos hábitos?

Existen diferentes métodos que te pueden ayudar tener y mantener los hábitos que necesitas en tu vida, a continuación, describiremos algunos de los más efectivos que utilizamos con nuestros pacientes.

Maneja tu fuerza de voluntad

Distintas investigaciones científicas relacionadas con el comportamiento humano demostraron que el momento más productivo del día para las personas, es dos horas después de despertarse en la mañana, es aquí cuando debes invertir toda tu fuerza de voluntad para realizar las actividades que te conducirán a cumplir tus metas.

Por qué a veces no tengo fuerza de voluntad

La falta de fuerza de voluntad se debe a la fatiga de decisión, esta se presenta por tener que decidir muchas veces en el día y al igual que un musculo que se ha ejercitado con ejercicio, esta también se cansa y deja de funcionar al 100%.

¿Qué hago para evitar la fatiga de decisión?

Una vez hayas realizado el listado de conductas diarias y después de haber analizado las conductas que no te ayuden a conseguir tus objetivos o los “malos hábitos”, te invitamos a reorganizar tu día, es decir comenzar a hacer lo más importante al iniciar el día e ir dejando las tareas menos importantes para más tarde.

Para ahorrar fuerza de voluntad te invitamos a identificar si alguna de las conductas que realizas se puede decidir en la noche anterior, esto evitará que uses energía en tareas poco productivas y hará que la inviertas en las que si son útiles para ti y tu objetivo. Por ejemplo:

  • Decide qué ropa te vas a poner desde la noche anterior.
  • Elije lo que vas a desayunar en la noche anterior.
  • Identifica la ruta que vas a tomar para ir a tu trabajo desde la noche anterior.
  • Haz un listado de clientes potenciales para llamar en la noche anterior.

Con seguridad estas son tareas que no te van a quitar mucho tiempo, pero que si realizas en la mañana siguiente si te quitaran tiempo y energía valiosa teniendo como consecuencia la fatiga de decisión, estrés y desmotivación por no haber hecho lo que tenias que hacer cómo debería ser.

Combina tus tentaciones

Esta es una de las estrategias que a pesar de ser muy sencilla le resulta de gran utilidad a muchas personas, consiste en realizar un listado de las conductas “placeres” y otra con lo que “debes hacer”.

Luego analiza si alguna de las tareas que debes hacer se puede combinar con tus conductas placer, por ejemplo:

  • Ve tu serie favorita mientras realizas tu rutina de ejercicio.
  • Mira tu programa favorito mientras organizas tu ropa limpia.
  • Cocina tu almuerzo mientras escuchas tu audiolibro favorito.
  • Lee lo que te apasiona mientras vas a la peluquería o mientras te arreglan las uñas.
  • Come tu almuerzo mientras llenas un crucigrama.
  • Organiza tu casa mientras llamas a tu mejor amigo.

Esto sin duda te ayudará a hacer lo que tienes que hacer sin dejar de lado o privarte de tus conductas “placer”, tan solo debes organizarte muy bien e identificar qué tareas se pueden combinar o ir haciendo ajustes durante el camino.

Cambia de lugar lo que sea necesario

Algunos procrastinan porque tienen a la mano sus mayores tentaciones, te invito a analizar los lugares en donde debes estudiar o trabajar e identifica cuantos distractores tienes a la mano, luego comienza por alejarlos de tu vista y dejarlos para los momentos en que se pueden combinar con otras tareas o para cuando tengan su turno.

Haz pausas

En nuestro día a día tenemos momentos específicos para descansar, estos pueden ser a la mitad de la mañana, a la hora del almuerzo y en la tarde, muchas investigaciones han demostrado que después de comer en estos momentos de descanso tienes un aumento en tu fuerza de decisión, así que no te desbordes comiendo lo que no te alimenta y toma estos descansos para fortalecerte y hacer lo que tienes que hacer.

Prepárate para fallar

No todo se puede planificar, pero si podemos tener estrategias para cuando no podamos cumplir con nuestros hábitos, utiliza la técnica del “si no lo hago”.

  • Si no voy al gimnasio porque debo ir a una cita médica, voy a ir en la tarde cuando llegue del trabajo.
  • Si no voy a seguir mi dieta porque almorzaré con unos socios, voy a tener una comida sana en la noche.
  • Si no puedo meditar esta noche porque me invitaron a una fiesta, voy a meditar en la mañana antes de ir a trabajar.

Esta es una técnica que te alejará de las excusas para no hacer lo que debemos, además te dará más opciones para que puedas encaminarte más rápido en tu día a día y en conseguir lo que quieres.

Esta es la forma como vemos los buenos y malos hábitos, ten presente que son buenos si te ayudan a conseguir tus objetivos y son malos si los obstaculizan, realiza tu listado y sigue cada una de las estrategias que mencionamos en este artículo,